lunes, 17 de septiembre de 2012

INTERFERENCIAS (1)


Como otras muchas veces andaba empujando el carrito entre los lineales de los productos de limpieza. Miraba sin ver, ya que su mente se había quedado en un bucle en el que las palabras sonaban como un eco en el interior de su mente. Acababa de salir de la importante reunión que tanto tiempo había estado esperando. La había preparado a conciencia pero al finalizar alguien había hecho una propuesta que no esperaba. Su mente estaba agotada, no podía dejar de darle vueltas a tamaña desfachatez.

El vibrador de su móvil, que todavía mantenía en silencio, le sobresaltó masajeándole intensamente cerca de… en el bolsillo del pantalón. Con desgana mientras elegía el detergente para la lavadora, lo sacó. El maldito aparato seguía con su insistente baile. No miró la pantalla y descolgó.

-¿Ya has aparcado? –le preguntó tranquilamente la voz de mujer al otro lado de las ondas.

No tuvo dudas de quien era. Jamás esperó que se atreviera a hacerlo. Nunca antes había marcado el número de este teléfono, de este no.

-Si, he aparcado –respondió con la respiración acelerada.

-Solo te llamo para recordarte…

Chocó con el carro de la joven rubia y espectacular que se encontraba rebuscando en el lineal de los chocolates y bombones. Sus ojos se cruzaron. El incidente le hizo acelerar todavía más su respiración. Su móvil había salido despedido y por un momento no lo localizaba. Allí estaba, a los pies de la desconocida, casi rozando los dedos de uñas rojas como el fuego que asomaban por sus vertiginosas sandalias de tiras.

Musitando una disculpa se agacho para recoger el teléfono comprobando como desde esa perspectiva la mujer parecía todavía más espectacular. Mientras se incorporaba, con los ojos clavados en ella, se acercaba el móvil al oído.

-Perdona, no te he escuchado bien –replicó a la voz que no había dejado de hablar al otro lado del teléfono.



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